Sí, les debo la vida, les debo el mundo de paz y tranquilidad al que todos viajariamos de vez en cuando para olvidarnos de este, les debo la luna, el sol, las estrellas, les debo el cielo, el mar, el viento y el aire seco de verano. Les debo mi vida y cualquier vida que pueda darles, incluso alguna animal. En definitiva les debo todo, lo reconozco, es una deuda bastante complicada de saldar, pero ellos, se merecen eso y mucho más, se merecen lo que vemos, lo que no vemos, lo que sentimos y lo que no. Les regalaría aquello que mas desean y aún así no estaría conforme.
Se lo debo todo, por sacarme adelante, y por el simple echo de que sean parte de mi vida.
Osquiero amigos.
sábado, 28 de agosto de 2010
miércoles, 25 de agosto de 2010
Y ahora que.
Me gusta saber que estás ahí, me gusta ser cosciente de que siempre que vuelves es para hacer daño. Al menos lo sé, al menos se que la culpa de mi amargura es mía y sólo mia. Podría remediar el dolor parando todo esto, diciendo ya basta... pero no lo hago... y esa es mi perdición y mi camino hacia ella. Quizás el dolor se dome con el simple echo del paso del tiempo, el ser humano es capaz de acostumbrarse a cosas que ni el ser humano sabe, por eso poco a poco imagino que me irán doliendo menos las cosas, eso siempre que no decidas volver a marcharte, entonces mi perdición quizás sea tan grande que ya no pueda hacer nada. Eres una persona sencillamente perfecta, tienes todo lo que yo desearía compartir con alguien, no te veo ningún defecto a pesar de saber que tienes muchos más que el resto de la gente, pero así es el amor, ciego e incondicional, si es que esto es amor. Para mi sorpresa has estado ahí cuando lo he necesitado, es irónico pensar que tú pudieses ayudarme, cuando la mayoría de los malos tragos son por tí, no por tu culpa, si no por tu presencia inesperada, por las vueltas que das a la vida y por tus inquietudes. No puedo negar que te deseo lo mejor, que no hay rencor que valga, y que eres mejor persona de lo que todo el mundo cree.
jueves, 12 de agosto de 2010
Mi razón no entiende mis razones.
Vuelve la agonía del vivir, no quedan esperanza en mis ojos, solo vacío, el vacío de siempre, al que tanto miedo tengo, aquel que me ha echo pasar mil noches de insomnio inutil y desconsolado. No hay fuerzas para seguir y casi ya no quedan razones, después de la tormenta llegó la calma, pero poco a poco ha comenzado a desvanecerse. No hay nada a lo que aferrarse, se que sin remedio alguno caeré de nuevo en el vacío , tengo miedo, mucho miedo, pero también se que si un día salí, quizás pueda volver a hacerlo, y por eso hoy soy más fuerte.
Y aún habiendo estado en el vacío se que volvería a hacerlo, no puedo engañarme y hacer lo que me conviene porque no es lo que siento, y si tengo que pasarlo mal lo pasaré, pero lo haré sabiendo que fue un error que quise cometer por mi propia voluntad, sabiendo que me arriesgé y una vez más perdi, al fin y al cabo... como siempre. No necesito que nadie se compadezca de mí cuando este en una situación desesperante porque estaré así por mi voluntad, porque no puedo guiarme de otra cosa que no sea de mi corazón, no puedo hacerle caso a mi cabeza y escuchar a mi razón porque prefiero estar mal y saber que hice lo que sentía que engañarme y quedarme quieta.
Y aún habiendo estado en el vacío se que volvería a hacerlo, no puedo engañarme y hacer lo que me conviene porque no es lo que siento, y si tengo que pasarlo mal lo pasaré, pero lo haré sabiendo que fue un error que quise cometer por mi propia voluntad, sabiendo que me arriesgé y una vez más perdi, al fin y al cabo... como siempre. No necesito que nadie se compadezca de mí cuando este en una situación desesperante porque estaré así por mi voluntad, porque no puedo guiarme de otra cosa que no sea de mi corazón, no puedo hacerle caso a mi cabeza y escuchar a mi razón porque prefiero estar mal y saber que hice lo que sentía que engañarme y quedarme quieta.
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