Duele el otoño

Una mañana más, la luz entró por la ventana amargando mis sueños, sueños descolocados y sin sentido que jamás se cumplirían, pero tan reales…que a mitad de la noche me despertaban escalofríos soñando con la nieve, tan reales que me daba el viento en la cara de la brisa marina, tan reales que tú estabas allí, me entendías, me abrazabas y sentías cierto sentimiento, lo supe por tu mirada. Y así era feliz, viéndote cada noche en un sueño abstracto. Y sueño a sueño empecé a odiar la luz de la mañana, sin olvidar que solo eras parte de mi imaginación, que nada tenía que ver con la realidad, que éramos dos mundos opuestos en un mundo al revés.