sábado, 29 de noviembre de 2014

Creer que puedo... y poder. Pensar que vuelo... y volar. Sentir que vuelves... y lamentar, que nunca lo harás.

lunes, 24 de noviembre de 2014

De pensar en ti.

De pensar en ti, me creí contigo.
De pensar en ti, enloquecí, sin distinguir entre lo que fue y lo que realmente ha sido.

De pensar en ti, lo pagué con el reloj, maté mi tiempo... mis momentos, mi realidad, mis sueños... y  hasta mis pesadillas.

Y tanto pensé en ti... que de lo que fui, quedas tú, porque yo ya me he ido.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Pesadillas

He vuelto a despertar con calor, la persiana dejaba entrever que no era precisamente la luz del alba la que se amontonaba sobre ella para entrar a mi habitación, oscura y serena. Por los pequeños huecos de luz podía saberse la hora, era tarde, habían pasado las doce.
Me revolví entre el colchón y el edredón haciendo balance de mis pesadillas, preguntándome por el significado de los sueños.
Otra noche más tú, yo contigo, sin ti.
Y cada sueño más cerca, y cada despertar más lejos.
Y cada mañana más rabia, más querer no despertar...
Porque te marchas con los sueños y cuando me despierto... todo acaba. Y es ahí cuando un sueño agradable se convierte en mi pesadilla.
Salir de la cama significa dejar atrás otra noche contigo, para dar paso a otro día más sin ti.

jueves, 13 de noviembre de 2014

He creído ver la luna suspendida en el cielo dando algo de esperanza, y como siempre me encontraba como aquella hoja que al caer del árbol pierde la fe, como una gota que despúes de un largo aunque corto viaje llega al suelo rompiendose en pedazos, contribuyendo con su ser a mojar el suelo, el ambiente y tus zapatillas. Inútil como un cuadro colocado en un callejón, a la espera de ser visto.
Nunca creyó en los milagros de una manera directa, había sido siempre una persona fácil de impresionar, de estas personas que se levantan con la sensación de tener un mal día, de presentir nada más despertarse que quizás sea mejor no levantarse de la cama, y aún asi hacerlo, se puso la ropa que meticulosamente habia dejado la noche anterior perfectamente doblada en la silla de su cuarto y una vez enfrente del espejo volvio al armario para volver a deshacerlo todo, nunca habia sido una persona muy confiada y siempre desandaba sus pasos antes de ponerse en marcha.

Tranquilidad en mente

Hoy he salido a la calle sin motivo alguno, únicamente por experimentar el placer de recibir el sol en la cara, de dejar que el viento arrastrase de manera sencilla mi pelo que una vez más acabo enredandose entre si, de ver como las hojas ya no caen de los árboles si no que incluso se muestran más verdes de lo habitual, se muestran seguras, vivas. Y andando por el cesped se podia escuchar el canto de los pájaros no muy lejos de allí, al igual que el susurro del agua, seguramente de alguna fuente cercana. En mi cabeza sólo armonía y equilibrio, y paseando con los ojos cerrados quizás encontrase algo de olor de rosas y lilas, nada me atormentaba, no existia sensación de mal estar, mis miedos habían desaparecido, era un alma libre.