En aquel sitio rebosaba la oscuridad, latían venas oscuras al compás de un sonido llamado latido, era acelerado el paso de su marcha, cada vez más, desde otra perspectiva, mirando por la ventana lo vi claro, era ella, que una noche más lloraba sobre la almohada, en ese momento lo entendí todo, tenía roto el corazón. La herida se cerró al paso del tiempo, no obstante quedaron grietas y un recuerdo amargo de algo en lo que nunca más creería… amor.
El dolor que siente un corazón herido no puede compararse con ninguna otra sensación, late deprisa, vacío, sin vida, sin esperanza. No volverá a confiar en nada ni en nadie que pueda volver a perjudicarle, y únicamente volverá a ser lo que era con la ilusión de un nuevo comienzo, arriesgandose a herirse de nuevo, mentira, no volverá a ser lo que era.
No hay comentarios:
Publicar un comentario