lunes, 16 de noviembre de 2009

Necesito droga y amor


Y allí estaba yo, sola, en medio de la nada en ese momento, sin saber dónde mirar, sin saber dónde encontrar una respuesta a lo que me sucedía, y llegó, como hoja que cae en otoño, como copo que cae frío en la nieve... llegó, y me abrazó como si no le importase otra cosa, como el cielo naranja que abraza la ciudad al atardecer, allí estaba él, cálido, sincero, como me prometió, no éramos nada más que dos cuerpos unidos tras un sentimiento oculto. ¿Amor? No creo, no era amor, pero bastaba con lo que fuese, porque llenaba el corazón de paz y tranquilidad, como el sol que sale estropeando un día más, la noche oscura de nuestros corazones. Esa noche dormí acompañada aunque en lo más profundo de mi, estaba sola.
Quizás las ansias de volar se calmen con el tiempo, siempre he pensado que era libre, y lo bastante fuerte para aguantar tantas cosas...pero no, no soy libre ni mucho menos pues mi corazón es tirano y yo sólo soy un súbdito, vivo para complacerle, para que no lo pase mal solo, y para sanarle día a día, porque duele, porque esta roto, porque faltan piezas que se han ido perdiendo con el paso del tiempo. No soy libre pues soy esclava de mis sentimientos y de mis instintos que me atormentan como si me odiasen. Un segundo en mi posición sería suficiente para hacerte daño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario