La luz del día te deja ver más clara la situación, tu soledad se ilumina y por instante te sientes arropada por el calor del sol, la tarde pasa indiferente, puesto que tienes demasiadas cosas en la cabeza, y la noche es la mejor compañera de pensamientos agudos, es la única que no te engaña, que te muestras las cosas tal y como son, oscuras, y en ese momento te das cuenta de que estás sola, y esa es la realidad, aunque solo tienes que esperar a la salida del sol...para engañarte de nuevo.
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