Cuando nada tiene sentido y ves en los ojos de la gente la decepción, parece que no hay nada más que hacer y da la impresión de que hagas lo que hagas, las cosas no se solucionan. Y siempre he tendido a esconder la cabeza, callarme y dejar las cosas pasar, quizás haciendo daño a aquellos que más tarde decepcioné. Puede que sea hora de hacer lo que sea, de intentarlo como si dependiese mi felicidad de ello, aunque también puedo de una vez tirar la toalla y rendirme, dejando que esa decepción no haga otra cosa que aumentar, total.. el daño ya estaba echo.
Asco de vida.
jueves, 16 de diciembre de 2010
jueves, 9 de diciembre de 2010
.
Y mientras el otoño besaba dulcemente los suelos por los que pisabas, con sus hojas de colores oscuros, y a su vez abrazaba la escena con un viento helado que hacía surgir el deseo de un café caliente, yo al mismo tiempo reconstruía en la mayor medida de lo posible los trozos de un corazón quebrado, que no sólo había quedado roto si no también esparcido, por los lugares en los que aquellos días perdimos nuestro tiempo. Y cuando creí encontrar cada una de las piezas y resurgir lo que fue un corazón inocente y novato, me hallé ante la desesperanza de ver un hueco que declaraba la falta de una pequeña pieza, no por ello insignificante. Busqué hasta que el Otoño decidió abandonarme sin avisar, y entonces caí, mis ojos se abrieron y ante mí encontré la única solución posible a ese vacío. Podía pasarme un invierno amargo de búsqueda infinita de aquella pieza no encontrada, viendo rezagada caer los pequeños copos de nieve, en vez de saborear el paisaje y resbalarme con el hielo de las aceras congeladas, buscando a su vez alguna explicación que pudiese demostrarme el por qué. O también podía, seguir adelante, con la posibilidad de no poder curar nunca dicha herida, dejando de este modo de perder el tiempo en solucionar quizás algo imposible...
Y así sobreviví a un invierno de guantes de lana y chocolate caliente. De vez en cuando la herida me avisaba de un pequeño dolor, pero fue algo que pude llegar a soportar. Cuando el fundir de la nieve llegó con un sol tenue, aquella capa blanquecina del suelo se convirtió en agua, que se fue por las alcantarillas de las calles, como mi recuerdo y mi dolor causado por aquella herida, seguramente ya cerrada. Y aprendí que, el que espera desespera y el que nunca a de esperar, encuentra siempre el camino... que en fondo quiso encontrar.
jueves, 2 de diciembre de 2010
Angela.
Hoy te debo un mundo, porque me quieres como soy, con mi día a día, mi caracter, mis gustos, mis valores y mis sueños. Porque respiras hondo cuando te saco de quizio y sonries olvidándolo todo. Porque me has enseñado con matrícula de honor el significado de la amistad. Porque no hay lugar sin ti, y el tiempo a tu lado nunca es perdido. Porque eres mi confesora y mi confidente. Porque puedo confíar plenamente, con la seguridad de que me apoyarás en todas mis decisiones, aunque no sean las más acertadas. Porque no sólo intentas que no caiga, si no que me levantas cuando lo hago. Porque eres la primera persona a la que acudo, y la primera siempre en darme respuesta. Porque te gusta escuchar mi filosofía por muy estúpida que sea jajaj. Porque no me ocultas la realidad, y me la muestras tan cruda como es, con la condición de que siempre podré contar contigo. Porque no me dices lo que quiero oir, si no lo que es. Porque tenemos nuestras diferencias y nos queremos como si no importasen. Porque sabemos que antes que nadie, estamos tu y yo. Porque juntas somos fuertes. Porque me siento mejor desde que cuento contigo. Y porque cuando miro atrás, veo momentos muy tristes y momentos muy felices, pero todos son a tu lado, y no veo ni el más mínimo egoísmo, orgullo, o cabreos que destrozan las amistades.
Porque a veces uno encuentra su camino mientras lo recorre, y aunque no se lo que pasará con el tiempo, hoy por hoy, eres mi aire, mis ojos, mi sonrisa y mi manera de seguir adelante.
Te quiero.
Porque a veces uno encuentra su camino mientras lo recorre, y aunque no se lo que pasará con el tiempo, hoy por hoy, eres mi aire, mis ojos, mi sonrisa y mi manera de seguir adelante.
Te quiero.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)