La tarde parecía tranquila hasta que apareciste tu, y desde entonces no puedo mirar otros ojos, ni quiero besar otros labios que no sean los tuyos. Contigo me siento como en casa, estemos donde estemos me siento protegida y agusto. No me pensé ni por un momento la posibilidad de no tenerte, desde ese día quizás sea una de las personas más felices de este jodido mundo, y mi sonrisa se debe a ti, desde hace mucho tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario