Dormirse a tu lado,
descansar en paz, vivir tranquila,
cerrar los ojos y volver a recordar
los paseos por la playa, las noches
al viento, la arena, la piel dorada
bajo el sol, la tuya roja, la mía color
caramelo intenso. Las tardes de cometas,
las palmeras, los besos salados en el mar,
los juegos en la orilla, la brisa, el puerto.
Los peces mirando envidiosos nuestro amor,
que más tarde fue desamor, las cenas, los bailes,
las sábanas blancas que dejaban ver nuestra figura
a la luz de la luna, la luna, testigo de nuestra pasión
de nuestro amor, del sentimiento más puro y de los celos más amargos.
No hay más que un nudo en la garganta,
la piel enmudeció pálida, todavía la luna me recuerda
esa historia, como un duro golpe al corazón, cada noche.
Te fuiste como se borraron nuestras huellas en la orilla, y me borraste de tu mante tan pronto como llego el otoño. Las primeras hojas caídas demostraron tu inmadurez,y con las primeras lluvias se rompió mi sueño. Todo se quedó en suspiro. No volverás a verme
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